miércoles, 10 de diciembre de 2008

**La tercera parte de los padres carece de conocimiento sobre el desarrollo de los niños**




Los pediatras podrían ayudar a llenar esta brecha de conocimiento, señalan los expertos
Por Randy DotingaReportero de Healthday



( DOMINGO 4 de mayo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Un tercio de los padres de bebés tienen un conocimiento sorprendentemente bajo acerca del desarrollo del niño, incluidos conceptos básicos sobre lo que los niños deberían saber y cómo deberían actuar, según halla un estudio reciente.
Por ejemplo, el estudio halló que muchos padres no saben que un niño de un año no conoce la diferencia entre lo correcto e incorrecto, y con frecuencia no cooperan ni comparten cuando juegan con otros niños.
Los resultados son sorprendentes porque los padres que formaron parte de la encuesta tenían niños pequeños, dijo la autora del estudio, la Dra. Heather Paradis, médica subespecialista en pediatría del Centro médico de la Universidad de Rochester en Nueva York. "Estaban observando o acababan de observar cómo sus hijos pasaban por este desarrollo, así que probablemente sabían más que cualquier otra persona".
Paradis y sus colegas examinaron los resultados de una encuesta de padres, el 98.6 por ciento de los cuales eran madres, de más de 10,000 bebés de nueve meses de edad. Como parte de la encuesta, a los padres se les hizo once preguntas diseñadas para evaluar su conocimiento sobre el desarrollo del bebé.
Los investigadores también examinaron lo que los padres decían sobre sus interacciones con sus hijos, y observaron cintas de video de cómo los padres enseñaban cosas nuevas a sus hijos.
Un tercio de los encuestados contestó erróneamente cuatro o más de las preguntas. Aún cuando los investigadores ajustaron las estadísticas para tomar en cuenta factores como el nivel educativo y de ingresos, esos padres todavía eran menos propensos a disfrutar de "interacciones saludables" con sus hijos.
La falta de una comprensión apropiada respecto al desarrollo del niño puede causar varios problemas, advirtió Paradis. Por ejemplo, apuntó, una madre podría esperar que su hijo de 18 meses se quede sentado en la cita con un médico aunque los niños de esa edad son normalmente curiosos y les encanta dar vueltas sin rumbo.
"Una madre podría malinterpretar la curiosidad normal de un niño como una conducta desafiante, y podría responder con disciplina rigurosa, retirar el afecto y repetir ese patrón a lo largo del tiempo", dijo Paradis. "Esto podría entorpecer el potencial del niño para su desarrollo y crecimiento pleno".
Los hallazgos serán presentados el domingo en reunión de la Pediatric Academic Societies en Honolulú.
Una solución, apuntó Paradis, es que los pediatras tomen un papel más activo en la educación de los nuevos padres. "Al mejorar el conocimiento sobre el desarrollo del niño entre todos los padres, y no sólo de los que están en mayor riesgo, se tiene la oportunidad de mejorar la interacción entre padres e hijos", destacó. "Esto en última instancia conducirá a una mejor crianza".
Los padres también pueden tratar de acudir a las revisiones médicas de rutina durante los primeros años de vida, dijo Paradis. "Sabemos que a nivel nacional sólo la mitad de esas consultas se llevan a cabo en realidad. Es mucha la información que se transmite a los padres durante esas consultas", anotó.
Muchos consultorios pediátricos "invierten una buena parte del tiempo en tratar asuntos concernientes a una 'guía anticipada' durante una revisión médica de rutina", explicó el Dr. Joseph Gigante, profesor asistente de pediatría general en la Universidad de Vanderbilt.
Los pediatras ofrecen información sobre temas como nutrición, hábitos de sueño, crecimiento, desarrollo, comportamiento y seguridad. "Además de revisar estos temas durante un chequeo médico, los padres reciben folletos al final de cada consulta de rutina que describen lo que deben esperar entre esta y la próxima consulta", dijo.
En cuanto a las futuras investigaciones, Gigante destacó que sería útil hacer un seguimiento a los niños de los padres que tienen menos conocimiento sobre el desarrollo del niño "con el fin de determinar cómo rinden estos niños en la escuela y para medir si están o no en mayor riesgo de abuso y negligencia".

No juegues con el juguete La ilusión no tiene precio


El 31% de los juguetes analizados por Consumo es inseguro en Huelva l La mayor parte de las irregularidades detectadas por los inspectores se ha dado en bazares y tiendas de bajo coste Actualizado 08.12.2008 - 01:00

Dicen los estudios que los onubenses van a gastar menos esta Navidad. La mayor parte de las partidas presupuestarias se reduce, incluso la de los juguetes, lo que puede llevar equivocadamente, y aunque resulte paradójico, a un ahorro irresponsable. Hace sólo unos días la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hacía público un informe sobre la seguridad de los juguetes y las conclusiones no dejan de ser alarmantes. La más preocupante, que sólo 43 de los 77 que se analizaron en el mercado europeo pueden considerarse seguros. Y de los comprados en nuestro país, sólo 11 de los 23 que se examinaron no presentaban ningún riesgo para los niños. La situación se repite en nuestra provincia, donde casi una tercera parte de los juguetes analizados por el Servicio de Consumo de la Junta de Andalucía incumple la normativa de seguridad y la mitad hace lo propio con la del etiquetado. Lo peor del asunto es que la mayor parte de estos juguetes se distribuye en bazares y tiendas de bajo coste a los que cada vez acuden más los onubenses para intentar ahorrar en tiempos de crisis, aunque como se advierte desde Consumo y desde las tiendas tradicionales el ahorro en este tipo de productos puede costarnos caro. El esfuerzo por aumentar los controles de calidad y seguridad no logra frenar a quienes, con el ánimo de lograr un amplio margen de beneficios en sus productos, ahorran en costes de producción en detrimento de la salud del consumidor. Como prueba, los 33.050 artículos retirados en Andalucía hasta agosto de este año por vulnerar la normativa o entrañar en sí mismos un riesgo, y lo peor, que entre ellos hubo 10.067 juguetes. Si la normativa y las medidas de control no son capaces de impedir que se ponga a la venta ese juguete que no es apto para los más pequeños (ese es otro tema de análisis) entonces son los mayores los que deben hacer de guardianes de la seguridad para impedir que los pequeños se intoxiquen, se asfixien o se provoquen lesiones. Y ahora que se acercan las navidades es importante hacer caso de los requisitos que debe cumplir un juguete para que sea seguro, además de que, por supuesto, al niño le guste. Con la elección de un juguete no se debe jugar y por eso debemos controlar algunas cosas en los juguetes que compramos. (1) Que sea indicado para la edad del niño. Resulta peligroso comprar un juguete para un niño pequeño que esté indicado para niños mayores por piezas pequeñas que pudiera contener, como comprar un juguete indicado para menor edad, ya que el niño podría aburrirse y hacer un mal uso de él. (2) Asegurarse que contenga la marca CE, que es obligatoria, además de las instrucciones de uso en español y la identificación del fabricante o responsable de su comercialización, por si acaso tuviéramos que reclamar. (3) Desconfiar de las grandes diferencias de precios. Aunque aparentemente puedan parecer idénticos, los juguetes baratos se fabrican con materiales inadecuados, funcionan peor y pueden ser una amenaza para la integridad de los niños. No juegues con la ilusión, con la seguridad de los niños. No juegues con el juguete y deja que sean ellos los que lo hagan.Lograr la sonrisa de los más pequeños no tiene precio. Basta con seguir unas recomendaciones básicas para conseguir que el juguete que vamos a comprar se adapte a las necesidades del niño y potencialmente sea seguro. No es difícil. Esta Navidad busca, compara, comprueba y compra. Ellos te lo agradeceránEl 31% de los juguetes analizados por Consumo es inseguro en Huelva l La mayor parte de las irregularidades detectadas por los inspectores se ha dado en bazares y tiendas de bajo coste.


Dicen los estudios que los onubenses van a gastar menos esta Navidad. La mayor parte de las partidas presupuestarias se reduce, incluso la de los juguetes, lo que puede llevar equivocadamente, y aunque resulte paradójico, a un ahorro irresponsable. Hace sólo unos días la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hacía público un informe sobre la seguridad de los juguetes y las conclusiones no dejan de ser alarmantes. La más preocupante, que sólo 43 de los 77 que se analizaron en el mercado europeo pueden considerarse seguros. Y de los comprados en nuestro país, sólo 11 de los 23 que se examinaron no presentaban ningún riesgo para los niños. La situación se repite en nuestra provincia, donde casi una tercera parte de los juguetes analizados por el Servicio de Consumo de la Junta de Andalucía incumple la normativa de seguridad y la mitad hace lo propio con la del etiquetado. Lo peor del asunto es que la mayor parte de estos juguetes se distribuye en bazares y tiendas de bajo coste a los que cada vez acuden más los onubenses para intentar ahorrar en tiempos de crisis, aunque como se advierte desde Consumo y desde las tiendas tradicionales el ahorro en este tipo de productos puede costarnos caro. El esfuerzo por aumentar los controles de calidad y seguridad no logra frenar a quienes, con el ánimo de lograr un amplio margen de beneficios en sus productos, ahorran en costes de producción en detrimento de la salud del consumidor. Como prueba, los 33.050 artículos retirados en Andalucía hasta agosto de este año por vulnerar la normativa o entrañar en sí mismos un riesgo, y lo peor, que entre ellos hubo 10.067 juguetes. Si la normativa y las medidas de control no son capaces de impedir que se ponga a la venta ese juguete que no es apto para los más pequeños (ese es otro tema de análisis) entonces son los mayores los que deben hacer de guardianes de la seguridad para impedir que los pequeños se intoxiquen, se asfixien o se provoquen lesiones. Y ahora que se acercan las navidades es importante hacer caso de los requisitos que debe cumplir un juguete para que sea seguro, además de que, por supuesto, al niño le guste. Con la elección de un juguete no se debe jugar y por eso debemos controlar algunas cosas en los juguetes que compramos. (1) Que sea indicado para la edad del niño. Resulta peligroso comprar un juguete para un niño pequeño que esté indicado para niños mayores por piezas pequeñas que pudiera contener, como comprar un juguete indicado para menor edad, ya que el niño podría aburrirse y hacer un mal uso de él. (2) Asegurarse que contenga la marca CE, que es obligatoria, además de las instrucciones de uso en español y la identificación del fabricante o responsable de su comercialización, por si acaso tuviéramos que reclamar. (3) Desconfiar de las grandes diferencias de precios. Aunque aparentemente puedan parecer idénticos, los juguetes baratos se fabrican con materiales inadecuados, funcionan peor y pueden ser una amenaza para la integridad de los niños. No juegues con la ilusión, con la seguridad de los niños. No juegues con el juguete y deja que sean ellos los que lo hagan.Lograr la sonrisa de los más pequeños no tiene precio. Basta con seguir unas recomendaciones básicas para conseguir que el juguete que vamos a comprar se adapte a las necesidades del niño y potencialmente sea seguro. No es difícil. Esta Navidad busca, compara, comprueba y compra. Ellos te lo agradecerán.